En el momento de abrir una empresa, una de las muchas preguntas que surgen son las relacionadas con el capital social. Es importante que los emprendedores y los nuevos empresarios conozcan el mejor este concepto y cómo se puede emplear, así como otras particularidades asociadas.

Capital social en una empresa: qué es y cuál es su importancia

¿Qué es el capital social?

El capital social representa el valor económico de los bienes y aportaciones realizadas por los socios de una empresa en el momento en que esta comienza su actividad. Estas aportaciones pueden ser tanto dinerarias como en especie y sirven para iniciar el negocio y mantenerlo durante un período de tiempo, cuando la empresa aún no obtiene suficientes ganancias, ya sea para adquirir equipamientos, contratar servicios o cualquier cosa relacionada con el desarrollo del negocio.

¿Cuál es el valor mínimo de capital social?

El capital social mínimo garantiza que la sociedad tendrá cierta solvencia sin perjudicar a su rentabilidad. Actualmente, las sociedades de responsabilidad limitada deben garantizar un capital social mínimo de 3.000 euros previamente a la constitución de la sociedad. En cambio, para las sociedades anónimas el capital mínimo se eleva hasta 60.000 euros.

El capital social puede ser alterado una vez constituida la sociedad, mediante las denominadas ampliaciones o reducciones de capital, ya sea para aumentar las reservas, hacer frente a las deudas o devolver aportaciones a los socios.

¿Qué importancia tiene el capital social para la empresa?

En una fase inicial, las empresas no tienen ingresos para mantenerse, por lo que el capital social actúa como un importante factor de desarrollo económico. De este modo, una buena gestión del capital resulta fundamental para una correcta inversión en recursos iniciales, como maquinaria, materiales, salarios, etc. Además, permite a la empresa planificar los pasos a corto y medio plazo.

El capital social también garantiza que la nueva empresa pueda mantenerse por un tiempo, siendo una garantía para inversores y empleados, por lo que debe tenerse en cuenta y definirse a priori en el Plan General Contable.

Además, el capital social es un indicador muy importante, ya que el porcentaje de participación de cada socio indica la proporción en la que son propietarios de la empresa, y condiciona el derecho a las ganancias y los derechos de voto de cada uno. Por tanto, también permite definir y limitar las responsabilidades de cada socio, así como su dominio sobre la empresa.

Una buena gestión, desde el capital social hasta e día a día de la empresa

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