Las pérdidas por deterioro son un concepto contable que, para alguien menos versado en el tema, puede no significar mucho. Pero la verdad es que tienen un impacto real en la empresa, ya que refleja el estado financiero del negocio y puede influir en el cálculo de impuestos.

Por este motivo, es importante entender no solo qué son las pérdidas por deterioro, sino también la importancia que tienen en el estado de la empresa y sus consecuencias.

¿Qué son las pérdidas por deterioro?

Este concepto proviene originalmente del término en inglés "impairment". La pérdida por deterioro es la reducción del valor contable de un determinado activo, que supone una pérdida potencial o efectiva de su valor, y que puede ser parcial o total, reduciendo el valor a cero.

Las pérdidas por deterioro pueden afectar a todo tipo de activos: no solo activos fijos tangibles e intangibles, sino también a los activos no corrientes mantenidos para la venta, inversiones, propiedades de inversión, inventarios e incluso deudas por cobrar. Por ejemplo, cuando un cliente tiene una deuda pendiente y este va a declararse insolvente, se considera una pérdida por deterioro.

¿En qué consiste el test de deterioro?

Cuando recurrimos al test de deterioro, los beneficios que se espera que genere un activo, ya sea en términos de ganancias, flujo de caja o cualquier otro beneficio económico, se comparan con el valor contable de ese activo. Si el valor registrado excede el beneficio respectivo de ese activo, ese mismo valor se ajusta posteriormente en el balance general. Estos test deben realizarse generalmente cada año para ajustar el valor de los activos.

¿Por qué las pérdidas por deterioro son importantes para mi negocio?

La contabilidad siempre debe reflejar el valor real de una empresa. Teniendo en cuenta el impacto de las pérdidas por deterioro, conviene realizar un ajuste periódico para que la información contable sea fiable, sobre todo para fines de consulta por parte de los distintos agentes económicos, como proveedores, clientes e inversores.

Las pérdidas por deterioro derivadas de clientes con pagos atrasados o en riesgo de insolvencia, es decir, de situaciones en las que el cobro es improbable, pueden tener un grave impacto en la tesorería e incluso poner en riesgo la supervivencia de tu empresa. Como ya hemos mencionado, estos casos, de acuerdo con la normativa, pueden y deben ser considerados como pérdidas por deterioro, para demostrar la situación real de la empresa.

Cómo evitar las pérdidas por deterioro

Las dificultades de tesorería afectan a todo tipo de empresas, especialmente a las pequeñas empresas y startups, cuya supervivencia a menudo depende de recibir los pagos a tiempo.

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