La salud y la comodidad en el espacio de trabajo pueden mejorar las condiciones y capacidades físicas del empleado. De este modo, la ergonomía influye directamente en la productividad y eficiencia.

Ergonomía y productividad en el espacio de trabajo

La ergonomía se define como el estudio de las relaciones entre los empleados y su lugar de trabajo, especialmente con la forma en que utilizan los equipos y las herramientas necesarias para su actividad. El objetivo principal de esta disciplina es garantizar la salud, la seguridad y la comodidad de los empleados, aumentando sus niveles de productividad.

La aplicación de los principios de la ergonomía tiene numerosas ventajas para los empleados. Gracias a la mejora de la calidad y las condiciones de trabajo, es posible prevenir riesgos y accidentes laborales, disminuir las molestias o las malas posturas, evitar bajas médicas o reducir el desgaste físico y mental de los empleados. Y todo ello se traduce en un aumento de la productividad.

¿Cómo aplicar los principios de ergonomía en tu empresa?

Existen una serie de pautas que se deben seguir si queremos conseguir un ambiente de trabajo más saludable. Aunque puedan parecer obvias, estas recomendaciones contribuirán a que tu personal se sienta más motivado y sea más productivo y eficiente. ¡Seguro que empiezas a notar resultados en poco tiempo! 

1. Sillas ergonómicas

Cuando se pasa la mayor parte del día sentado, es normal que la espalda y las cervicales se resientan. Lo mismo pasa con las piernas e incluso con los pies. Los problemas se incrementan cuando adoptamos una mala postura debido a la incomodidad o al dolor muscular.

Una solución es la utilización de sillas ergonómicas. Estas sillas cuentan con un diseño adaptable y disponen de asientos y respaldos regulables que se ajustan perfectamente a la mesa de trabajo y a la altura y peso del empleado. Esto permite aumentar la comodidad y mejorar notablemente las condiciones de trabajo.

2. Alternar posturas

Si tus empleados tienen que estar durante muchas horas en el mismo lugar y en la misma postura, su salud puede verse perjudicada. Una solución para mejorar su bienestar es alternar diferentes posturas, pudiendo trabajar de pie o sentados.

Para esto, solo tiene que incorporar a la oficina un par de mesas elevables o escritorios altos, donde tus empleados puedan colocar su ordenador portátil y continuar trabajando mientras estiran la espalda.

3. Mesas amplias y organizadas

Las mesas pequeñas y desordenadas pueden provocar que ciertos materiales u objetos necesarios durante la jornada laboral (como grapadoras, folios o impresoras) acaben situados en lugares poco prácticos. Esto obliga a tus empleados a realizar movimientos corporales forzados y poco naturales, lo que acaba por convertirse en un esfuerzo físico innecesario.

Intenta mantener ordenados todos los materiales y equipos que utilizan los empleados. El objetivo es que se requiera menos esfuerzo para cogerlos y utilizarlos.

4. Juega con la luz natural

La luz natural siempre debe predominar en el espacio de trabajo. Esto se debe a que la luz artificial acelera el cansancio de los ojos, provocando estrés, dolores de cabeza, falta de concentración y disminución de la productividad.

Una solución puede ser reorganizar la disposición de los equipamientos o el diseño de la oficina para que no haya reflejos de luz incómodos.

5. Pausas para “estirar las piernas”

Anima a tus empleados a descansar y realizar estiramientos cada cierto tiempo, sobre todo si pasan todo el día en la misma posición. Estas pausas son especialmente útiles entre tareas repetitivas, ya que permite a los empleados oxigenarse un poco, caminar o simplemente cambiar de postura.

6. Pantallas y tecnologías ajustadas

La posición de los ordenadores y otros dispositivos también afecta a la ergonomía en el trabajo, pudiendo llegar a perjudicar nuestra salud. Por este motivo, es importante contar con equipos ergonómicos.

Asegúrate de que todos los equipos se adaptan al espacio de trabajo y que las pantallas permiten ajustar el brillo y la temperatura de color. De este modo, conseguirás reducir la fatiga ocular y los dolores de espalda y cuello, haciendo que la jornada laboral sea más cómoda.

7. Carga de trabajo razonable

El exceso de trabajo, incluso si el espacio de trabajo es el reflejo perfecto de ergonomía, hará que tus empleados se vean desbordados, aumentado sus niveles de estrés y provocando el agotamiento mental.

La solución para mitigar la sobrecarga laboral pasa por llevar a cabo una buena planificación de tareas y responsabilidades. Debes saber elegir a la persona más adecuada para cada puesto y ofrecer a cada empleado los medios y recursos convenientes para que puedan desarrollar sus tareas.

8. Tareas repetitivas repartidas

Intenta crear un sistema de rotación de tareas, así ayudarás a alternar las tareas más repetitivas y evitarás la fatiga mental y física de tus empleados. Recuerda que la ergonomía laboral se extiende más allá de la salud física y afecta también a la salud mental.

¿Y por qué no mimar a tus empleados de vez en cuando? ¿Qué tal un día libre para romper con la rutina y realizar actividades de team building? ¿Y unas clases de yoga o una sesión de masajes? Existen diversas formas de premiar a tus empleados y al mismo tiempo relajar el ambiente y aumentar su motivación. Tal vez parezca demasiado vanguardista, pero da resultados. 

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