Negocios
Cómo administrar el fondo de maniobra en pequeñas empresas
por Sara Martínez | 1 enero, 2020
Cualquier empresa, grande, mediana o pequeña, no importa lo positiva que sea su viabilidad, puede tener problemas financieros que le impidan cumplir con su actividad: impuestos, salarios, créditos, pagos a proveedores, etc. ¿Te suena esta situación? Apenas un pequeño atraso en los pagos o un error en el cobro de una factura es suficiente para desequilibrar el flujo de caja y, como resultado, dejar un "agujero" que podría desencadenar en problema de liquidez y que te impediría cumplir con tus obligaciones.
Cuando hablamos de pequeñas empresas, normalmente con cuentas más modestas, menos capacidad y personal para manejar los cobros, y menos poder de negociación con los proveedores, estos problemas pueden tener consecuencias aún mayores. Si no tienes un mapa de flujo de caja que prevea estas situaciones y un fondo de maniobra que tenga en cuenta las particularidades de tu negocio, la salud financiera de tu empresa puede verse afectada.
¿Qué es el fondo de maniobra?
A pesar de tener controlada la gestión de tu negocio y llevar a cabo una buena planificación, la realidad es que es muy difícil tener un control completo de los eventos futuros y la tesorería no está exenta de incertidumbres. Sin embargo, siempre puedes intentar prevenir y mitigar los efectos que puedan ciertas situaciones con un buen fondo de maniobra.
El fondo de maniobra es una salvaguarda que todas las empresas deben tener, ya que les permite prevenir y minimizar los efectos disruptivos de estos imprevistos y las consecuentes faltas de liquidez. De una manera más simple, podríamos definir el fondo de maniobra como la capacidad de una empresa para financiar su ciclo operativo y garantizar su actividad a corto plazo, o lo que es lo mismo la diferencia entre los activos corrientes y los pasivos corrientes.
Fondo de maniobra = Activo corriente – Pasivo corriente
Los activos corrientes incluyen todos los activos de una empresa que pueden hacerse líquidos y generar ingresos a corto plazo, como deudas de clientes, existencias o el dinero en caja. Por otro lado, los pasivos corrientes representan todas las obligaciones de pago a corto plazo, como las deudas con proveedores, impuestos, salarios o préstamos bancarios.
El fondo de maniobra permite conocer el estado de la salud operacional de la empresa. Es decir, un fondo de maniobra negativo significará que la empresa no tiene fondos suficientes para mantener su actividad operativa.
Formas de controlar tu inversión en el fondo de maniobra
Existen diversos métodos para controlar el fondo de maniobra, y estos varían enormemente no solo de una empresa a otra, sino también dentro de una misma empresa. Teniendo en cuenta la fórmula anterior, lo ideal sería que tu empresa recibiera lo antes posible y pagara lo más tarde posible, manteniendo las existencias en un valor mínimo.
A continuación te proponemos tres medidas clave que te pueden ayudar a reducir tu inversión en el fondo de maniobra y que afectan directamente a tu negocio, especialmente si diriges una pequeña empresa.
Controla los plazos de cobro
Cuanto más se atrasen los cobros, mayor será la necesidad de inversión en el fondo de maniobra. Y es que el "talón de Aquiles" de la mayoría de las empresas es la eficiencia en el cobro de deudas. Ninguna empresa puede emitir una factura y esperar recibir el importe automáticamente en la fecha de vencimiento. Por este motivo, es importante saber qué clientes son los que cumplen con los plazos y cuáles son los que necesitan de un seguimiento para lograr recibir la cantidad pendiente y poder sumarlo a nuestro fondo de maniobra.
Existen algunas medidas que pueden facilitarte este proceso. Por ejemplo, sé claro respecto a los plazos de pago y asegúrate de que las condiciones quedan claras en el contrato o la factura, incluso puedes negociar con tu cliente un descuento en efectivo para adelantar el pago. Por otro lado, debes ser rápido en emitir tu factura. Así el cliente no tendrá tanta facilidad para poner excusas o atrase en el pago. Cuantos menos obstáculos encuentre, más predisposición tendrá de pagar.
Controla los plazos de pago
Como hemos dicho anteriormente, cuanto más largos sean los plazos de pago a los proveedores, menor será la necesidad de invertir en el fondo de maniobra. El problema es que para una pequeña empresa, especialmente si está comenzando, obtener plazos de pago más largos es más complicado, no solo por la falta de confianza, sino también por la necesidad de liquidez del proveedor. Las pequeñas empresas suelen comprar cantidades más reducidas, e incluso a veces tienen que recurrir a proveedores también pequeños.
Alternativamente, si tu tesorería te lo permite, puedes tratar de negociar descuentos en efectivo y así reducir el peso de estas facturas en los gastos.
Controla el stock
Teniendo en cuenta la fórmula del fondo de maniobra, lo ideal sería mantener los niveles de inventario en lo estrictamente necesario. Por supuesto, esto es más fácil decirlo que hacerlo, ya que no solo depende de tu negocio. De hecho, la mayoría de las veces depende de los proveedores, que requieren cantidades mínimas para producir, o cuyos precios varían con la cantidad, y para obtener el mejor precio, necesitas pedir una cantidad mayor. En este punto, conviene valorar si el descuento por cantidad compensa, ya que supone tener que soportar el coste de manutención y financiamiento de las cantidades de stock adicionales.
Las pequeñas empresas pueden intentar producir según las necesidades o los pedidos. En una empresa industrial, por ejemplo, si no puedes obtener las mejores ofertas de los proveedores de materias primas, puedes intentar reducir el stock de productos terminados y, por lo tanto, reducir el coste de la mano de obra. Pero ten cuidado: especialmente cuando trabajes con cantidades de existencias más bajas, ya que es muy importante estar siempre preparados para no fallar en los pedidos.
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